martes, 4 de octubre de 2011






Unos niños pequeños que llegaron de Monterrey a Estados Unidos en una época en donde el racismo predominaba en la frontera y donde los equipos de Estados Unidos estaban confiados en ganar la Liga Mundial Infantil. El equipo de mexicanos se preparó únicamente durante 4 semanas y lograron lo más increíble gracias a su tenacidad, esfuerzo y confianza en si mismos además de un gran trabajo en equipo, lo cual demuestra que con una buena actitud si se pueden alcanzar los sueños. Ángel Macías al frente de un equipo de 9 jóvenes estrellas lanzó un juego perfecto, único en su clase y jamás repetido hasta le fecha, lo cual los convirtieron en México y EU en héroes reconocidos por sus amigos, su gente e incluso los mandatarios de ambos países, ganándose el cariño y respeto de grandes estrellas profesionales de baseball de aquella época y quedando en la memoria y el corazón de miles de personas. Después de la victoria, el equipo de las Ligas Pequeñas de Monterrey fue a la Casa Blanca para desayunar con el Presidente Dwight Eisenhower. Los jóvenes también conocieron ha Lyndon B. Johnson y Richard Nixon y pasaron un día en Ebbets Field con los Dodgers.

EL JUEGO PERFECTO


La película El juego perfecto The Perfect Game es basada en el campeonato mundial ganado por un equipo regiomontano de beisbol en 1957.

La película cuenta con detalles interesantes.

1) Los tonos sepia en casi toda la película. Te hace viajar en el tiempo y vives las escenas como si estuvieras en 1957.

2) El mezclar escenas de la película de 1960 "Los Pequeños Gigantes" le hizo muy bien a la película.

3) Ver escenas grabadas en la Ex Hacienda Del Muerto en Mina, N.L. me alegró así como ver escenas en La Fundidora.

4) Lo más emocionante fue ver las chimeneas humeantes sobre La Fundidora.

No me importó ver en la película que narra lo sucedido en 1957 con escenas del Horno 3 de Fundidora que fue hecho en 1965 y funcionó hasta 1968. Hasta se ven en la película los recubrimientos térmicos colocados en el 2007 sobre el techo del hoy Museo del Acero.

No me importó ver escenas donde la Loma Larga se ve llena de casas, que en 1957 no existían.

No me importó ver detalles que nunca existieron pero que se agregaron al formato de esta película, como el sacerdote,etc.

Esos detalles anteriores no son nada porque la película, el recordar la historia real es magnífica.